De formación artística autodidacta, viajó a la capital buscando desarrollar su gran vocación, las Artes plásticas.
Paralelamente a su trabajo de pintor, desarrolló otra actividad, la docencia.
Dibujantes, grabadores, pintores que serían luego figuras de renombre como así también literatos tal el caso de Ernesto Sabato, frecuentaron su taller escuela.
Expuso por primera vez en 1931 en Amigos del Arte, a lo que siguió una extensa trayectoria que lo llevó a exponer en Argentina y el extranjero.
[3] En 1939 Urruchúa realizó una exposición de grabados en el Ateneo de Montevideo, organizada por sus alumnas y colegas las uruguayas Amalia Polleri y Carmen Garayalde.