Estos conceptos comenzaron a ser definidos en el marco de las Naciones Unidas, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, ante la preocupación generada por los genocidios que «en todos los períodos de la historia ha infligido grandes pérdidas a la humanidad».[8] El primer enjuiciamiento por crímenes de lesa humanidad tuvo lugar en los juicios de Núremberg, contra los líderes derrotados de la Alemania nazi; se ha argumentado que los crímenes contra la humanidad forman parte del ius cogens y, como tales, constituyen una norma inderogable del derecho internacional.[9][10] Para el enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad existe el principio de jurisdicción universal según el cual cualquier Estado puede enjuiciar y condenar penalmente a sus autores, independientemente del lugar donde los mismos hayan sido cometidos, debido a que por su propia naturaleza la afectada es la comunidad internacional y la humanidad como tal.El TPI no cuenta con la adhesión de las principales potencias militares del mundo, como Estados Unidos, Rusia y China, y por lo tanto no puede enjuiciar a los criminales de dichas nacionalidades[cita requerida].Según los mismos la guerra entre Estados soberanos debía respetar las nociones de necesidad militar y proporcionalidad.[14] En 1890 el jurista afroestadounidense George Washington Williams publicó su célebre carta abierta al rey Leopoldo II, denunciando las atrocidades que el Estado belga cometía en su colonia del Congo, reclamando una «una Comisión Internacional para investigar los cargos aquí formulados en nombre de la Humanidad, el Comercio, el Gobierno Constitucional y la Civilización Cristiana.»[22] Resulta inescindible del delito de genocidio, que también es considerado de lesa humanidad.Véase también Víctimas del Holocausto 500 000 niños nacidos con deformidades,[68] y 1 000 000 contrajeron enfermedades relacionadas con el producto químico.[69] El gobierno de los Estados Unidos ha desafiado estas cifras como poco realistas y exageradas.