Carthago delenda est

Carthago delenda est (‘Cartago debe ser destruida’) o Ceterum censeo Carthaginem esse delendam (‘Además opino que Cartago debe ser destruida’) es una famosa locución latina.

La frase se atribuye a Catón el Viejo, quien, según fuentes antiguas,[1]​ la pronunciaba cada vez que finalizaba sus discursos -incluso aquellos que no tenían ninguna relación con el tema- en el Senado romano durante los últimos años de las guerras púnicas, en la década de 150 a. C. Ninguna fuente antigua establece exactamente la forma en que pronunciaba realmente la frase,[2]​ que se escribe en la actualidad de dos formas distintas: Carthago delenda est o la más completa Ceterum censeo Carthaginem esse delendam ("Además opino que Cartago debe ser destruida").

[3]​ Sin embargo, Catón el Censor visitó Cartago en el año 152 a. C. como miembro de una embajada senatorial, que fue enviada para arbitrar un conflicto entre la ciudad púnica y Masinisa, el rey de Numidia.

[5]​ Por ello, pidió implacablemente su destrucción y terminaba todos sus discursos con esa frase, incluso cuando el debate versaba sobre un asunto completamente distinto.

Al igual que Catón, terminaba todos sus discursos con la misma frase: "Cartago debe ser salvada" (Carthago servanda est).

La ubicación de Cartago en el norte de África.