Condecoración de la Fidelidad

Tras los Cien Días, Luis XVIII queriendo premiar a los 600 guardias nacionales de París en servicio en 1815, por su fidelidad a la monarquía.

Se prestaba el siguiente juramento: «Juro, ante Dios, fidelidad y devoción al Rey, juro defender sus derechos y los de sus sucesores legitimos a la corona y revelar en el mismo momento lo que tenga en mi conocimiento y pueda ser contrario a la seguridad de la Familia Real o la seguridad del Estado» Acompañando la insignia se daba al decorado un diploma de grandes dimensiones (40x50 mm), firmado por Monsieur, conde de Artois y el duque de Reggio, coronel general de la Guardia Nacional de Francia y comandante en jefe de la de París, respectivamente.

Nunca llegó a ser una orden en sí misma, y en 1824 se reunió su vigilancia a la Cancillería de la Legión de Honor, requiriendo esta para su registro el envío del diploma del decorado que le sería devuelto al completarse su inscripción.

Una flor de lis surmontada de una corona real une la insignia con la cinta.

Al centro un medallón, compuesto de: La cinta compuesta de tres bandas de igual anchura, una azul, otra blanca y otra azul.

Diploma que acompañaba la decoración.