Comenzó a escribirla en 1506, terminándola en 1531, aunque no se publicó hasta el año de su muerte, en 1543, dedicándola al papa Paulo III.Copérnico delineó primero su sistema en un corto y anónimo manuscrito sin título que distribuyó entre varios amigos, conocido como el Commentariolus.Después de su muerte, fue entregado a su pupilo, Georg Joachim Rheticus, para su publicación.En 1539, Rheticus, un joven matemático de Wittenberg, llegó a Frombork para estudiar con él.Debido a la amistosa recepción de su trabajo, Copérnico finalmente accedió a publicar más trabajos suyos –en 1542, un tratado sobre trigonometría, que fue tomado del segundo libro del todavía no publicado De revolutionibus.En un esfuerzo por reducir el impacto controversial del libro, Osiander agregó una carta sin firmar, escrita por él mismo, titulada Ad lectorem de hypothesibus huius operis (Al lector que concierne la hipótesis de este trabajo).Osiander la colocó antes del prefacio de Copérnico, que era una carta al papa Paulo III.Al parecer Osiander tenía muchas conexiones con científicos: Este mismo historiador adelanta la opinión de que Osiander no firmó la carta porque “era un reformista conocido, cuyo nombre era bien infame entre los católicos"[3] y su firma hubiera causado un escrutinio negativo del trabajo de Copérnico, que era un escolar católico leal.[5] No fue sino hasta el Gran Cometa de 1577 que esta idea fue cuestionada.En 1609 Johannes Kepler fijó la teoría de Copérnico al establecer que los planetas orbitan el Sol no en círculos, sino en elipses.Osiander sostuvo que en el área de la especulación filosófica y las hipótesis científicas no había «herejes del intelecto», pero que cuando uno supera la especulación, para ingresar en la declaración de verdades, la última medida está en la Biblia.Al definir el copernicanismo como una especulación matemática, Osiander afirmaba que no tenía sentido oponerlo a las constataciones de la Biblia.Este reaccionó con fuerza contra el Ad lectorem, en palabras del historiador Robert S. Westman: En sus Disputas Pico había dirigido un ataque devastador contra la astrología y debido a que los astrólogos que hacían las predicciones relegaban a los astrónomos la autoridad de decirles dónde estaban los planetas, estos últimos también se convirtieron en parte del blanco.Cuando el libro fue finalmente publicado, la demanda era poca, con una tirada inicial de cuatrocientos ejemplares que no llegaron a agotarse.[11] Copérnico había hecho el libro extremadamente técnico, ilegible para todos excepto los más avanzados astrónomos del día, permitiendo así que se diseminara entre ellos sin causar una controversia desmedida.La argumentación usada por Tolosani en esta obra se encuentra de nuevo en las acusaciones hechas contra Galileo Galilei.La Sorbona (París, Francia) y la mayoría de universidades católicas la calificaron de sacrílega, así como los principales representantes del Protestantismo, en especial Lutero y Calvino, quienes la condenaron muy enérgicamente alegando que contradecía a las Sagradas Escrituras.[16] Erasmus Reinhold alabó el trabajo en 1542 y hacia 1551 había desarrollado las Tablas Pruténicas usando los métodos de Copérnico.Las Tablas Pruténicas, publicadas en 1551, fueron usadas como base para la reforma del calendario instituida en 1582 por el papa Gregorio XIII.[16]En 1549 Melanchthon, el principal teniente de Lutero, escribió contra Copérnico, señalando el conflicto aparente con lo declarado en las Sagradas escrituras y abogando que“medidas severas” fueran tomadas para restringir la impiedad de los Copernicanos.Este había escrito en su libro In Job Commentaria (1584) que el heliocentrismo de Copérnico no era incompatible con la fe católica.
Johannes Petreius, impresor del
De Revolutionibus Orbium Coelestium
en 1543.