El encargo era para la galería del coro, una estructura octogonal, en torno al altar central, que ahora ya no existe, fue desmantelado en el siglo XIX.
En cualquier caso, la estatua ya no se encontraba en la Catedral desde 1416, cuando fue comprada por la Signoria, para trasladarlo al Palazzo Vecchio.
Los brazos son desproporcionadamente largos, pero ya se han incorporado elementos del repertorio clásico, como algún detalle anatómico realista: las manos, el torso, su cabeza coronada de amaranto (símbolo profano).
La expresión del rostro es un poco inexpresiva, pero la pose y la actitud parecen expresar el orgullo de su conciencia divina.
El desplazamiento del peso sobre la pierna derecha con el torso torcido hacia el lado opuesto, indica la intención para crear un mayor dinamismo con el clásico contrapposto.