Los datos sin procesar pueden ingresarse en un programa informático o usarse en procedimientos manuales.La segunda es aprovechar datos que se originaron con otro propósito,[1] y normalmente los recopilan máquinas o terminales como una función secundaria.Una vez capturados, estos datos en bruto se pueden procesar almacenados en un formato normalizado, por ejemplo una fecha juliana, para que sean más fáciles de interpretar por los ordenadores y los humanos.Aunque los datos en bruto tienen el potencial de transformarse en información, normalmente se requiere un examen analítico, una limpieza y alguna forma de organización (en gráficos, en tablas, con textos explicativos...) para que puedan convertirse en información utilizable.Tim Berners-Lee (inventor de la World Wide Web) sostiene que compartir datos sin procesar es importante para la sociedad.Los defensores de los datos abiertos argumentan que, una vez que los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil tengan acceso a los datos de las empresas y los gobiernos, podrán realizar su propio análisis, lo que les permitiría sus propias interpretaciones y alentaría las iniciativas resultantes.Podría parecer que lo importante es la información resultante de procesar los datos en bruto, y que por tanto se pueden borrar o tirar, pero en realidad resulta muy conveniente conservarlos por diversas razonesː