Danzas españolas

Las Danzas españolas demostraron ser un gran éxito comercial, y otras diez piezas se incluyeron en el catálogo de Simrock como libros V a XIV, aunque ninguna de ellas (incluido El canto del ruiseñor, Op.

Sarasate terminó de componer su malagueña en 1878 y está dedicada a Joseph Joachim.

Esta danza comienza con un carácter grave y algo pesado, aunque más adelante se aprecia un color más luminoso y ligero gracias a los pizzicatos que va a realizar el violín con ayuda del piano.

22, fue compuesto durante su primera gira por Escandinavia en 1878 y está dedicado a la violinista de Moravia Wilma Neruda.

23, fue compuesto en el verano de 1879 y está dedicado a Hugo Heermann, violinista alemán que Sarasate había conocido en Fráncfort ese año.

26, se completó en octubre de 1881 en París, y es el único libro donde los bailes no tienen título.

En cambio, generalmente reciben el nombre de los bailes en los que se inspiraron (vito y habanera).

Portada de la primera edición del Libro I