Estas danzas están muy relacionadas con las tradiciones musicales al sur de Sahara y el sentido del ritmo bantú.
[5] Por ejemplo para el pueblo Yoruba, el tocarse durante el baile no es un elemento común excepto en circunstancias muy especiales.
Los varones demuestran su energía mediante danzas muy violentas que permiten apreciar su salud y estado físico.
Los niños deben aprender las danzas tal como se les enseñan y sin incorporar modificaciones.
[9] El "entrenamiento musical" en las sociedades africanas comienza al nacer con canciones de cuna, y continua cuando los pequeños son llevados en andas en las espaldas de sus padres tanto al trabajo como a festivales y otros eventos sociales.
Aun cuando a veces no se desplaza al cuerpo, es posible observar bailarines que realizan movimientos complejos.
La espontaneidad del baila crea una extemporalidad, pero no enfatiza ni promueve los egos individuales de los bailarines sino que sirve para preservar la comunidad y tender un puente que ayude a la interacción entre la audiencia y los bailarines.