Junto a la estatua de Abacuc y el ángel, diagonalmente opuesta, forma una composición más grande.
Bernini creó una relación espacial que consiguió reavivar toda la capilla, llevando sus formas clásicas hacia un nuevo uso religioso.
[2] Tales dibujos evidencian el proceso creativo a través del cual los modelos clásicos fueron estudiados y reelaborados según el gusto barroco.
Daniel reza con fervor tendiendo su figura hacia la derecha del nicho mientras su rostro se vuelve a Dios, representado sobre el mosaico de la cúpula.
El paño del vestido ondea desde los hombros al área lumbar, para llegar hasta los lados de la base.