Directamente en frente, una puerta se abría al gran comedor, mientras que a la derecha había un pasillo largo y angosto.
[4] También le gustaba leer libros e informes y alimentar a los pájaros mientras estaba en la veranda.
[4] El líder soviético rara vez salía de su estudio, y mucho menos visitaba el segundo piso (aunque se instaló un ascensor por orden suya).
Hasta marzo de 1942 no se construyó un búnker situado a quince metros bajo tierra.
El búnker también tenía un pequeño dormitorio, que estaba equipado con una cama y una mesita de noche.
[6] Sin embargo Nikita Jrushchov descartó la idea y la dacha permaneció desocupada durante varias décadas.
[4] Hoy en día el edificio permanece envuelto en secreto: los terrenos están cercados y cerrados a los visitantes comunes.