La idea era presentar un prototipo económico y alternativo al costoso transbordador STS con un coste superior a 500 millones de dólares cada lanzamiento.Se presentaron seis compañías, cuatro de las cuales propusieron lanzadores plenamente verticales: McDonnell Douglas, Rockwell International, General Dynamics y Boeing, proponiendo las otras dos Grumman y Third Millennium, vehículos lanzados desde una aeronave en vuelo.Se seleccionaron para desarrollar el diseño inicial a las cuatro primeras compañías con 12 millones de dólares.Estos motores eran una versión modificada de los históricos RL10, empleados en el programa Apolo y los cohetes Centauro.En el último vuelo, el DC-X alcanzó un récord de altura al llegar a los 2500 metros pero realizó un aterrizaje duro que provocó daños en el fuselaje.De tal manera que el DC-X se reparó y se rediseñó para pasar a llamarse DC-XA (del inglés, «Delta Clipper Experimental Advanced») o DC-XA Clipper Graham.Estas mejoras y nuevas tecnologías redujeron el peso de la nave en 620 kilogramos.La investigación demostró que el técnico no conectó el sistema hidráulico en dicha pata, que no pudo extenderse de su posición retráctil en vuelo para servir de apoyo junto a las otras dos patas.
Primer aterrizaje. Las llamas amarillas son debidas al bajo impulso del motor, produciendo una menor temperatura de combustión.