Como consecuencia, el jefe decide contratar empleados más fuertes, por lo que se pone a rodar un anuncio con Lenny, Carl y Homer.
Satisfecho Homer con su gran labor durante el rodaje del corto publicitario, decide convertirse en actor.
Posteriormente, cuando este ve la vida libre de preocupaciones que tendría si fuese un hippie, decide convertirse en uno.
En consecuencia, Homer se viste con un viejo poncho que le había dejado su madre y se hace con un frisbee como parte de su atuendo hippie, con el que visita la granja para jugar con Seth y Munchie.
Por esta razón, Homer les acusa de no ser hippies y les convence para que se unan a una «fiesta loca [por] los viejos tiempos», pero cuando vuelven al establo ven que este está lleno de zumo derramado y botellas rotas —debido a que el frisbee de Homer había atascado la máquina procesadora—.
Sin embargo, Wiggum dispara la suya y le clava la planta en la frente a Homer.
«D'oh-in' in the Wind» fue escrito por Donick Cary, mientras que la dirección corrió a cargo de Mark Kirkland y Matthew Nastuk.
[4] En la trama se destaca la revelación del nombre intermedio de Homer, «Jay», que es un «tributo» a personajes animados como Bullwinkle J. Moose y Rocket J. Squirrel de The Rocky and Bullwinkle Show, quienes consiguieron sus iniciales por Jay Ward,[5] si bien los guionistas tardaron tres días en inclinarse por tal nombre.
[6] Los actores cómicos Martin Mull y George Carlin interpretaron a los dos hippies, Seth y Munchie, respectivamente, pese a que inicialmente el equipo de producción no estaba seguro sobre la voz del segundo.
[2] Por otra parte, una vez que el abuelo Simpson y Jasper se han bebido el zumo alucinógeno, se sientan en un banco y comienzan a reír como los protagonistas de la serie Beavis and Butt-head, a la par que en las visiones de Flanders aparecen esqueletos, osos bailando —imágenes asociadas con Grateful Dead—, martillos desfilando —de Pink Floyd – The Wall (1982), un documental sobre el grupo Pink Floyd—, y el célebre logotipo de los labios y la lengua de The Rolling Stones.
[11] Tras su lanzamiento para formato doméstico, el episodio recibió críticas mixtas por parte de los especialistas.
[15] Por último, Warren Martyn y Adrian Wood, autores del libro I Can't Believe It's a Bigger and Better Updated Unofficial Simpsons Guide, fueron también negativos, catalogando al episodio como «espantoso».