El ovipositor de la hembra que sirve para depositar los huevos, generalmente asoma más allá del metasoma.
Este proceso diferencia a las varias generaciones en su apariencia y en la forma de inducir las gallaritas.
Otras especies de avispas parasitan rosales o arces, así como a muchas hierbas.
Frecuentemente, la determinación de la especie es muy simple observando las agallas producidas más que al insecto en sí.
Otras agallas por Cynips longiventris, también en el envés de las hojas, reconocibles por su forma esferoidal y rayas irregulares rojizas.
Las subfamilias Eucoilinae y Charipinae son parasíticas, aunque las clasificaciones recientes no las ponen en esta familia.