En Perú, se suele llamar curva del diablo a las áreas de autopistas y carreteras que se encuentran sobre una curva demasiada angosta, que puede estar a pies de una pendiente.
[3] El primer registro del término se dio durante el conflicto de Bagua de 2009, en dicho contexto, los huelguistas se encontraban bloqueando la Ruta nacional PE-5N y la policía nacional en una intentona por dispersarlos, dieron inicio a una escalada de violencia entre ambos bandos que acabó con 23 policías y 10 huelguistas muertos.
[3] En todo Perú se registró caminos que fueron catalogados con esta denominación.
El escritor Mario Vargas Llosa en su relato de 1967 llamado Los cachorros relata al serpentín de Pasamayo del Eje longitudinal PE-1, la curva del diablo más conocida en tiempos contemporáneos.
[15] Así como autopistas locales en Orizaba (Veracruz)[16] y Tlalnepantla de Baz (México).