Cuniuldo fue nombrado obispo de la nueva sede, siendo consagrado por Esteban.
[1][2] Tras la caída de Wamba y su sucesión por Ervigio, el XII Concilio de Toledo celebrado en 681 dictaminó que la erección de la diócesis había sido contraria a los usos eclesiásticos, y procedió a su abrogación.
Cuniuldo mantuvo su dignidad obispal a la espera de ocupar la próxima sede que quedara vacante.
[3] Posteriormente fue nombrado obispo de Itálica, asistiendo como tal a los concilios toledanos XIII, XV y XVI celebrados respectivamente en los años 683, 688 y 693.
Se desconoce si sobrevivió más allá de esta última fecha.