En la cumbre se presentaron las últimas medidas del plan aprobado en la reunión de San Petersburgo de 2013.
Este plan contra la «erosión de la base imponible y la transferencia de beneficios», conocido como plan BEPS por sus siglas en inglés, contempla quince medidas, siete de las cuales ya fueron presentadas en la cumbre de Brisbane de 2014, para combatir las prácticas de las multinacionales que les permiten eludir el pago de impuestos, conseguir mayor transparencia en los datos que las empresas entregan al fisco y mejorar el intercambio de información entre países.
[1][2] A la cumbre de 2015, además de los países miembros, se encontraron presente una serie de países y organismos invitados.
Como en ocasiones anteriores, el anfitrión puede invitar a las reuniones a un máximo de cinco países no miembros del G-20 y a un número indeterminado de organizaciones internacionales.
Además de España que tiene la categoría de «invitado permanente», países no miembros como Singapur y Azerbaiyán confirmaron su asistencia como invitados.