El término fue acuñado en 1956 por Nikita Jruschov, en un discurso en el que denunciaba la incompatibilidad de una ideología colectiva marxista, con la adulación excesiva a un líder del Partido Comunista.
[5] En esta fecha, Stalin fue glorificado a gran escala en varios medios —el primero y más famoso, el periódico oficialista Pravda.
[6] La manera en que Stalin era retratado fue una de las expresiones más importantes del culto a su personalidad.
Era importante distinguir a Stalin de otros líderes del Partido en retratos grupales.
Las pinturas originales eran reproducidas de manera independiente en libros y en otros medios impresos como litografías, pósteres, tarjetas postales, etc.; la imagen de Stalin era siempre retocada.
Stalin tenía un papel importante en el veredicto y después se encargaba de que su equipo organizara grandes exhibiciones, comúnmente llevadas a cabo en fechas especiales, con mucha propaganda, para que la mayor cantidad de gente pudiera acudir.
[12] Ésta era sólo una de las alusiones que el líder comunista hacia a su predecesor para fortalecer la construcción del culto.
Se hablaba del importante papel que Stalin desempeñó al ser la mano derecha de Lenin, quien le pedía consejos y apoyo en puntos clave para el desarrollo de la Revolución.
Las fotografías, al igual que los retratos, debían pasar por el filtro de Stalin para poder ser publicadas.
[20] Pero la legitimidad del régimen (y de su líder) también debía basarse en logros.