Este descubrimiento fósil demuestra que los homininos arcaicos estaban presentes en un entorno de gran altitud y bajo oxígeno hace unos 160 000 años.
[1] También es un lugar de peregrinación para los budistas tibetanos y una atracción turística.
[1] En 1980, un monje tibetano que estaba meditando en la cueva descubrió la mandíbula de Xiahe.
Le pasó el fósil a Jigme Tenpe Wangchug, en Idioma chino 贡唐仓-久美丹贝旺旭}} el sexto Gungthang Rinpoche.
[3][4][5] La mandíbula era tan inusual que los investigadores no sabían cómo clasificarla.
[6] Es la primera vez que se identifica con éxito un antiguo hominino utilizando únicamente análisis de proteínas.