Está en un pequeño vallejo formado por dos arroyos que descienden de los picos más altos del pueblo: El Salvador y La Ribacha.Todo ello cubre estratos del Mesozoico que aparecen en las laderas y también donde se asienta el pueblo.En las laderas orientadas hacia el norte son abundantes los robles, encinas, hayas, arces, madroños, bojes y tejos.En la orilla del Ebro, predomina el bosque de ribera sobresaliendo los chopos.Recientemente se ha extendido al lado de la carretera que pasa por él.Tales asentamientos no son ninguna excepcionalidad sino algo normal para aquella época.[4] Ya durante plena Edad Media debían servir a los dos poderes dominantes: la nobleza feudal y el clero de la Iglesia católica.[10] Así se describe a Cueva de Manzanedo en el tomo VII del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, obra impulsada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:[11] El primer maestro que tuvo este pueblo fue en 1922 y se llamaba D. Nicolás Herrero Herranz.
Calle principal de Cueva de Manzanedo.
Campanario de la Iglesia de Cueva de Manzanedo
Iglesia Asunción de Nuestra Señora de Cueva de Manzanedo