Cuenca Aitken

La Cuenca Aitken, situada en la Luna, es una de las mayores estructuras de impacto del sistema solar, solo superada por la Cuenca Borealis del planeta Marte.

Aunque su existencia ya fue sospechada en 1962 sobre la base de la presencia de grandes montañas en el polo sur lunar, no se confirmó totalmente hasta la llegada de las misiones Apolo mediante mediciones altimétricas mediante láser.

Posteriormente, en 1990, la sonda Galileo en su sobrevuelo de la Tierra de camino a Júpiter la pudo fotografiar,[1]​ y finalmente en 1994 la sonda Clementine la estudió en mayor detalle.

Que los análisis de los datos enviados por las misiones anteriormente citadas no hubieran encontrado materiales del manto lunar en dicha cuenca (en su lugar, en su mayoría materiales de la corteza lunar) y que la Luna no hubiera sido destruida por un impacto de tal magnitud hace sospechar que el cuerpo que la formó impactó con un ángulo bajo y además a baja velocidad.

Aunque situada en gran parte en la cara oculta de la Luna, el borde de esta cuenca de impacto puede ser visto desde la Tierra mediante telescopio si la libración lunar es buena como una gran cadena de montañas que se extiende por la zona del polo Sur lunar, a veces conocidas cómo Montes Leibnitz aunque el nombre no ha sido considerado oficial por la Unión Astronómica Internacional.

Mapa del Polo Sur lunar. En rojo las zonas elevadas, en azul las deprimidas.