El Quattrocento (término que en castellano significa cuatrocientos, por los años pertenecientes en su origen en Italia) se sitúa a lo largo de todo el siglo XV y puede considerarse como una primera fase del movimiento conocido como Renacimiento.
En esta evolución tuvo una influencia decisiva el humanismo, una nueva corriente de pensamiento que tenía como característica notable la valoración del arte clásico griego y romano.
En la Italia del Quattrocento (1350-1464) la península estaba organizada en pequeños estados oligárquicos.
Así pues, artistas e intelectuales humanistas querrán superar aquel mundo clásico, no solo imitar sus bases.
Todo esto dio lugar a una nueva concepción del mundo: el antropocentrismo.