El término cuarto poder alcanzó la popularidad cuando el escritor y filósofo escocés Thomas Carlyle, atribuyó dicha expresión al escritor, orador y político anglo-irlandés, famoso e influyente en su época, Edmund Burke, quien la pronunciaría en el debate de apertura de la Cámara de los Comunes del Reino Unido en 1787.
La información es poder, está presente en todos los canales de conocimiento y se canaliza por vías muy rápidas.
El Emperador francés explicó sin tapujos el sueño que tenían todos los gobernadores, se convirtió en la voz de todos ellos que no se atrevían a confesar.
"La libertad de prensa debe estar en manos del gobierno, la prensa debe ser un poderoso auxiliar para hacer llegar a todos los rincones del Imperio las sanas doctrinas y los buenos principios.
Desde que el banquero Jakob Fugger empezó a comerciar con información, fijando el origen rudimentario de lo que luego serían las empresas informativas hasta nuestros días, han cambiado muchas cosas en los medios de comunicación tanto como industria y como actividad profesional.
Los medios de comunicación fueron llamados para cumplir, en última instancia, el rol sobre los poderes del Estado.
El individuo debía formarse para ejercer todos sus derechos políticos, sociales económicos y culturales.
El tiempo avanzaba y los medios se presentaban como educadores sociales dentro de una sociedad bastante dependiente.
[6] El desarrollo del mundo contemporáneo depende de la información que se posee.
En tiempos de Burke y Macaulay, al igual que con Aristóteles, los tres poderes tradicionales no eran los únicos dominantes en todos los ámbitos gubernamentales.
[10] Enrique González-Manet, en su libro 'Globalización, medios de comunicación y dominación cultural', establece que todas estas transformaciones presentan beneficios muy positivos, pero no siempre alcanzables.
"La comunicación global instantánea favorece la creación de nuevos servicios no soñados hasta ahora.
Las características de emisión, transmisión y recepción a todo tipo de informaciones han propiciado un cambio en el método en el que los medios desarrollan su actividad e influyen en la ciudadanía.
La lógica de la comunicación en la red la pone en cuestión Santiago Muñoz Machado: "Los derechos morales del autor están suficientemente definidos en las legislaciones.
Su preservación en el entorno Internet podrá ser complejo, desde luego, pero las agresiones a aquellos derechos no presentan nuevos problemas de identificación.
[13] Muchos críticos consideran que la prensa no se limita a reflejar la opinión pública, sino que se puede crear proporcionando la casi totalidad de la información con la que esta cuenta en cualquier momento dado, siendo uno de los generadores del denominado mainstream (en español "corriente generalizada" o "intereses comunes").
Los periódicos han perdido su seña de identidad y su línea editorial porque su objetivo ha cambiado.
Los grandes grupos mediáticos difunden ideología, pero según establece Ignacio Ramonet, transmiten globalmente un mundo ideal, pero no el real.
"Los medios dominantes que pertenecen a grupos importantes en el sector del mercado ¿creen ustedes que serán muy críticos con la globalización, con el neoliberalismo, cuando son actores centrales de estas dos dinámicas?
Por último, beneficia al poder político porque todo el esfuerzo y la imaginación que invierten para poner la información a su servicio carecería de sentido si el cuarto poder no se entendiera como libre e independiente.