Desarrolladas desde el siglo XI con el brotar del arte románica, las cruces monumentales consiguen o su apogeo en el siglo XVI excepto en el caso de los cruceros (llamados en otras lenguas cruces de encrucijadas: ‘’croix de chemins’’ en francés o wayside crosses en inglés) que consiguen su apogeo en los siglo XVIII y especialmente los calvarios y cruceros más elaborados (calvaires en francés) en el XIX.
[6] Constantino hizo luego construir la primera cruz monumental en el beso del monte.
[10] El origen de los cruceros, tal como los entendemos hoy, puede situarse en la segunda mitad del siglo XIV[11]
Existen ejemplos semejantes de cruceros en Gran Bretaña en caminos o también las típicas cruces que marcan en las plazas centrales de las villas donde se hace la feria llamadas market crosses (en inglés) o mercat crosses (en escocés).
En Inglaterra muchas veces son monumentos más complejos semejantes a los cruceros cubiertos gallegos y portugueses.
Llamadas perroen en neerlandés son columnas de una piedra, normalmente rematadas con un orbe (un globo con una cruz), que se irguieron en ciudades que pertenecían al antiguo principado de Liexa, en Bélgica y Países Bajos (980-1795).
Se construyen a partir del siglo XV, mayormente de estilo gótico y renacentista, aunque también encontramos ejemplos barrocos.
Encontramos ejemplos en el levante español (creus cobertes), Galicia y Norte de Portugal.
Los definen como cruces en las intersecciones de caminos, senderos o carreteras (pero que también aparecen en campos y bosques) que pueden estar hechos en madera, piedra o metal y que suenen tener la finalidad de proteger a los caminantes y peregrinos de lugares peligrosos (como los cruceros gallegos).