El paraje en el que se emplaza ha sido tradicionalmente vinculado con la ubicación del campamento del rey Sancho II durante el cerco de Zamora de 1072.
[1] En el Catálogo Monumental de Ávila se habló de un menhir histórico: he aquí otro algo más antiguo y subsistente aún.
En memoria erigiose allí una piedra, que probablemente más tarde se remató con una pequeña cruz postiza, y a su pie veíase antes un montón de piedrecillas, que los caminantes iban arrojando en señal de haber dicho una oración por el alma del rey.
En su parte superior se va estrechando para rematar en una cruz griega, que según Gómez-Moreno es posterior al monolito.
Es muy difícil precisar si esta fue realizada en época románica, pues no hay indicios que lo confirmen.