[29] Más importante, al menos para la cultura judía desde entonces, fue el Seder Olam Rabbah («gran orden del mundo»), una cronología judía del siglo II después de Cristo que, con revisiones, todavía se usa para el calendario hebreo tradicional.Proporciona fechas para la historia bíblica hasta la conquista de Persia por Alejandro Magno, datando los hechos desde la Creación (Anno Mundi).[31] Eusebio de Cesarea (c.260-340), intentando situar a Cristo en la cronología, pone su nacimiento en el 5199 AM, lo que fue aceptado extensamente en la iglesia occidental.[37] En las últimas décadas, posiblemente la tentativa más ampliamente seguida para reconciliar las contradicciones ha sido la que propuso Edwin R. Thiele en The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings (tres ediciones entre 1951 y 1983), pero su obra ha sido ampliamente criticada por, entre otras cosas, introducir «innumerables» co-regencias, construir un «complejo sistema de calendarios» y usar normas de cálculo ad hoc para conseguir una «absoluta armonía en la Escritura».[38][39] Las debilidades del trabajo de Thiele han llevado a los eruditos posteriores a proponer nuevas cronologías; pero, como dice un reciente comentarista del Libro de los Reyes, hay «poco consenso sobre los métodos aceptables para tratar con datos conflictivos».
Salomón consagrando el Templo
, de
James Tissot
o seguidores (serie
Antiguo Testamento
—comenzada en 1896, continuada tras la muerte de Tissot en 1902 y publicada en 1904—).
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