La cromatografía es capaz de separar sustancias basándose en la adsorción diferencial de los compuestos por el adsorbente; los componentes se mueven por la columna a velocidades distintas, lo que les permite separarse en fracciones.
La principal ventaja de la cromatografía en columna es su coste relativamente bajo, así como lo fácil que resulta desechar las fases estacionarias usadas en el proceso.
Esto último permite evitar tanto la contaminación cruzada como la degradación de la fase estacionaria debida a su reutilización.
La cromatografía en columna puede llevarse a cabo usando la gravedad para mover el solvente, o usando gas comprimido para empujar el solvente a través de la columna.
Para preparar una columna, se introduce un absorbente sólido en un tubo cilíndrico de vidrio o plástico.
La parte superior del sílice debe ser plano, y puede protegerse mediante una capa de arena.
El eluyente se pasa lentamente a través de la columna para hacer avanzar el material orgánico.
La productividad de la cromatografía puede incrementarse usando varias columnas al mismo tiempo.
La fase estacionaria más común para la cromatografía en columna es el gel de sílice, seguida por la alúmina.
Por lo general, las fases estacionarias son polvos finamente molidos o geles y/o muestran una gran microporosidad para asegurar una mayor superficie, aunque en el caso de la CALE se utiliza un lecho fluidizado.
Un flujo más rápido del eluyente minimiza el tiempo necesario para recorrer una columna, reduciendo así al mínimo la difusión, y resultando en una mejor separación.
Sin embargo, existe un límite para la velocidad de flujo máxima, ya que se requiere un tiempo finito determinado para que el analito alcance el equilibrio entre las fases estacionaria y móvil (véase Ecuación de van Deemter).
Por lo general, estos sistemas automatizados pueden separar muestras que van desde los pocos miligramos hasta una escala industrial de varios kilogramos, y ofrecen una solución mucho más rápida y barata que realizar múltiples inyecciones en sistemas de HPLC preparativa.
Así, el ancho de la curva se estima como 4 veces su desviación estándar, 4σ.
A las microperlas se les pueden conjugar partículas aún más pequeñas como proteínas, carbohidratos, iones metálicos u otros compuestos químicos.
Se puede suponer que cada partícula unida a la microperla lo hace en una proporción 1:1 con la muestra de soluto enviada a través de la columna, que necesita ser purificada o separada.
[CS] es la concentración del complejo formado por la molécula objetivo unida a la resina de la columna.
[7] Usando esto como base, pueden usarse tres isotermas diferentes para describir las dinámicas de unión en una cromatografía en columna: linear, Langmuir y Freundlich.
Por tanto, la isoterma de Langmuir no es un modelo adecuado para las uniones en este caso.