Crocante

El crocante se percibe mediante el gusto, al probar el alimento y morderlo.

Se calienta una mezcla de agua y azúcar hasta el punto de caramelo (aproximadamente 155 °C), mezclándose los frutos secos con el azúcar caramelizado.

En este momento se añaden especias, gasificantes y a menudo manteca de cacahuete o mantequilla.

Se vierte la mezcla sobre una superficie plana, normalmente una losa de granito o mármol, para enfriarla.

El caramelo caliente se aplana para obtener un grosor uniforme.

Crocante dorado de cacahuete roto en un plato.