No fueron pocos los centros de fabricación de vidrio en el Occidente cristiano durante la Baja Edad Media y entre ellos, tuvieron importancia los de Poitou y Normandía (Francia) con sus copas grabadas y esmaltadas e historiadas y los de Núremberg (Alemania) con sus vidercomes o grandes vasos cilíndricos esmaltados que llevan figuras de escudos, emblemas y retratos.Pero a todos eclipsó Venecia desde los comienzos del siglo XIII hasta el XVII.Desde el siglo XIV (hacia 1325) consta en Venecia la fabricación de buenos espejos de vidrio que tan singular importancia adquirió a principios del siglo XVI.Pero ya en el siglo XIII los fabricaban los alemanes en Núremberg y en Viena aunque fueran de pequeñas dimensiones.Los maestros vidrieros venecianos utilizaban herramientas especializadas en la fabricación de los cristales que incluyen borselle (pinzas o alicates que solían usar para dar forma el vidrio al rojo vivo), canna da soffio (tubo de soplado), pontello (una barra de hierro que el artesano conecta al cristal después de soplar para añadir toques finales), scagno (Banco de trabajo del maestro vidriero) y tagianti (para cortar vidrio).