Crisis financiera en Portugal de 2010-2014
La crisis financiera de Portugal de 2010-2014 es el deterioro que se empezó a advertir en los principales indicadores macroeconómicos de la República Portuguesa a partir del año 2010, y cuyas consecuencias se han extendido en el tiempo hasta la actualidad, no sólo en el plano económico sino también en el político y el social.El Gabinete del Primer Ministro José Sócrates no fue capaz de prever esto en 2005, y posteriormente se mostró incapaz de tomar medidas que aliviaran la situación cuando el país se vio abocado hacia la senda de la bancarrota en 2011.[8][9] Portugal se convirtió en el tercer país de la eurozona, tras Irlanda y Grecia, en recibir un rescate financiero.[12] A pesar del hecho de que se esperaba que la economía se contrajera un 3% en 2011, el FMI esperaba que el país fuera capaz de volver a los mercados de deuda soberana a medio y largo plazo hacia finales de 2013.Según anunció, el gobierno utilizaría 6.500 millones del "rescate" que ha recibido hasta ese momento para recapitalizar a los tres principales bancos del país.El relativo optimismo del gobierno le llevó a afirmar que esperaba que al final del año el PIB no retrocediera un 3'3% como estaba previsto sino un 3% gracias al repunte de las exportaciones.