Los acontecimientos han tenido un efecto duradero en el curso actual del país, su sistema político y su sociedad.
[4] En 2014, Abdel Fattah el-Sisi finalmente ganó la elección presidencial en una victoria aplastante, criticada por observadores internacionales como falta de estándares democráticos.
[5] Durante estos años de confusión política, la autoridad del estado había sido amenazada, pero nunca colapsó.
Las demandas de los manifestantes: pan, libertad, dignidad, y democracia, no fueron consideradas.
[10] A pesar de que este reajuste gradual de poder llevó a tensiones entre Mubarak, el gobierno y el ejército, su régimen fue considerado estable por los expertos y su derrumbamiento no había sido anticipado.
[11] Grupos de sociedad civil constantemente chocaban y negociaban con el estado sobre su lugar en la política pública.
A pesar de que siendo rigurosamente controlados, partidos políticos, elecciones, reformas democráticas locales, protestas, tribunales administrativos, y las asociaciones eran cada vez más toleradas como formas de actividad política desde los años 2000.
[16] Sus demandas eran diversas pero típicamente incluían dignidad, pan, libertad, democracia, y justicia social.
[14] La policía y los manifestantes chocaron apresivamente, y el asesinato de tres protestantes se desvió notablemente de la dura pero no letal represión que la policía solía desplegar.
[20] Más tarde, anunció que no buscaría su reelección y prometió reformas constitucionales, pero se negó a renunciar.
Cuando ninguno de estas concesiones satisizo a los manifestantes, las masas en las calles crecieron y la presión internacional en Mubarak aumentó.
[7] Aun así, el apoyo popular a los militares empezó desmoronarse y diferentes grupos civiles pidieron el fin del gobierno militar durante nuevas protestas en masa.
[28] En junio de 2012, Mohamed Morsi ganó la elección presidencial con 51.7% del voto en segunda vuelta contra el candidato respaldado por el ejército Ahmed Shafik, quién sirvió como primer ministro bajo Mubarak.
[32] La redacción de una constitución nueva, considerado como elemento central en la transición del país hacia democracia, fue criticada por el dominio islamista en el proceso y dividió profundamente a las facciones políticas implicadas.
[27][35] La nueva constitución se convirtió en ley, el que la hizo legalmente vinculante.
[11][36] En febrero de 2013, los salafistas también retiraron su apoyo al presidente y poco después, el resentimiento público estalló en una campaña pidiendo su dimisión y manifestaciones en todo el país.
[45] En un día, los generales destituyeron a Morsi de su cargo y lo encarcelaron, suspendió la constitución, designaron a Adly Mansour, presidente del Tribunal Constitucional Supremo, como presidente interino, y convocaron elecciones anticipadas.
[23] El golpe militar desencadenó violentos enfrentamientos entre los militares y partidarios de Morsi.
[48][49][50] Human Rights Watch denunció la represión agresivas contra manifestantes, en su mayoría pacíficos, como "graves violaciones de los derechos humanos internacionales" y muy probablemente delitos de lesa humanidad.
[53][54] Desde el golpe, aproximadamente 60.000 personas han sido detenidas o acusadas por las autoridades egipcias, con objetivo principal de los Hermanos Musulmanes.
[59] Los observadores denunciaron que el proceso electoral y su resultado violaban las reglas democráticas.
[7] Con la instalación de Presidente el-Sisi, quién destituyó Morsi en un golpe militar, el control político y económico de los militares en el estado se ha consolidado por completo en lo que se ha llamado "un régimen contrarrevolucionario".
[68][69][70][71] Sin embargo, los críticos de esta vista han evaluado el período entre 2011 y 2014 desde una perspectiva diferente.
[81] Inicialmente, la insurgencia implicó principalmente a miembros de tribus Beduinas locales que vieron la revolución como una oportunidad para oponerse a la discriminación del régimen y afirmar su autoridad en la región.