La demanda de Dánzig, la última reivindicación irredentista que Hitler exigió, generó un conflicto entre Alemania y Polonia.
[4] El ejército polaco tomó los alrededores de Dánzig por temor a un ataque del acorazado alemán Deutschland.
El 5 de abril Alemania dio por terminada las discusiones con Polonia y dijo que no habría más ofertas.
[4] El 30 de marzo, entre los rumores cada vez más fuertes de un ataque alemán contra Polonia, el primer ministro británico Chamberlain indicó que actuarían con toda contundencia si Alemania atacaba y Francia también se unió al acuerdo.
[4] El 14 de abril el presidente Franklin D. Roosevelt escribió a Hitler solicitándole una garantía de no atacar durante al menos diez años a los siguientes países: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Suecia, Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Francia, Portugal, España, Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, Polonia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Unión Soviética, Bulgaria, Grecia, Turquía, Irak, Arabia, Siria, Palestina, Egipto e Irán.
[4] Ese mismo día, Hitler volvió a pedir Dánzig y la construcción de una línea de ferrocarril y una carretera para comunicar Berlín con Königsberg, en la Prusia Oriental, a través del corredor polaco.
Polonia se negaba a que entrasen tropas soviéticas en su territorio para su defensa.
Para negociar mejor con Alemania, Stalin cesó como ministro de Asuntos Exteriores a Maksim Litvínov, que había establecido relaciones con Occidente y tenía ascendencia judía, y nombró para este cargo a Viacheslav Mólotov.