Crimen del rol

En principio se acercaron a él y le pidieron todo su dinero, como excusa para sacar los cuchillos que llevaban y registrarle.Carlos se resistió con todas sus fuerzas, forcejeando con los dos jóvenes e insultándoles, pero estos se limitaron a apuñalarlo y lo empujaron hacia el parque de detrás de la parada, donde finalmente lo mataron.Un artículo denominado Una necrosis similar,[3]​ escrito por Rafael Torres y publicado por el periódico El Mundo el 9 de junio de 1994, afirmaba que estos juegos producían «necrosis fulminantes en los tejidos de la cabeza y del corazón, aparte de desprecio por la realidad e ignorancia», afirmando además que promovían la psicopatía.No se tomaron en cuenta las declaraciones del propio Javier Rosado, en las que declaraba no tener interés por el juego de rol: «El rol me repugna.En última instancia de los detenidos solo uno muy ocasionalmente había jugado a rol, mientras que el inductor, Rosado, declaró que solo había jugado una partida en su vida y renegado de ello.El asesino ha disfrutado de varios permisos puntuales para asistir a varios exámenes académicos y en el año 2007 solicitó un tercer grado que se le denegó, aunque por exigencias del Código Penal, se le concedió en marzo de 2008.