Creación colectiva es el nombre dado a la obra, montaje, puesta en escena o espectáculo que no firma un autor sino un grupo de creadores y como fruto de su trabajo en colaboración (en síntesis: «creación elaborada por un grupo o colectivo teatral»).
[3] La creación colectiva adquirió justificación política con puestas en escena de grupo como el Living Theater (1947) o experiencias como el Teatro Campesino chicano (1965);[4] desarrolló estatutos ejecutivos en los procesos de democratización del teatro alemán (1970);[5] y se proyectó en teoría didáctica a partir del método de Enrique Buenaventura.
En la segunda mitad del siglo XX, proliferaron los colectivos de creación en el teatro occidental, impulsado por diferentes planteamientos u objetivos (sociales, políticos o puramente profesionales, y en ocasiones sintetizados en un «mix»).
[10] Entre los modernos métodos y dentro del ámbito de la lengua castellana, sobresalen las propuestas teóricas, y el reflejo que tuvieron en sus talleres, de dramaturgos como William Layton o Enrique Buenaventura.
Del método de Buenaventura, partiendo del formalismo ruso, sobresale la actitud constructiva grupal perfeccionando improvisaciones escénicas y partiendo de un tema elegido con anterioridad.