Crítica a los reality shows estadounidenses

Algunos críticos han argumentado que los reality shows reflejan la realidad de una manera falsa e incluso fraudulenta, a través de edición engañosa, entrenando a los participantes en qué decir y cómo comportarse, generando narrativas con anticipación, y montando o recreando escenas para las cámaras.En muchos casos la premisa del programa es fabricada, basada en una competencia u otra situación inusual.[1]​ The Hills es un ejemplo notable; el programa se enfrentó a acusaciones de que sus argumentos eran planeados.[9]​ Daniel Petrie Jr., presidente del Gremio de Escritores del Oeste de América, declaró en 2004, "Vemos a los reality shows, los cuales se promueven como que no tienen guiones, y sabemos que si los tienen.[14]​ El luchador profesional Hulk Hogan, cuya familia estelarizó el reality Hogan Knows Best y Brooke Knows Best, explicó en su autobiografía del 2009 My Life Outside the Ring que pagarle a camarógrafos sindicalizados para que filmen a alguien hasta que algo dramático ocurra sería extremadamente caro, y que por esa razón ese tipo de programas siguen cierto guion, y un estrechamente establecido horario de grabación el cual permite consideraciones típicamente relacionadas con los trabajos normales como descansos para comer.Al filmar programas vagamente estructurados por un guion, los productores les dan un escenario a los sujetos para que lo actúen, tal vez una versión exagerada de algo que normalmente harían en su vida diaria, son informados del resultado esperado del escenario, y posible "ritmo" de la escena, y son alentados a improvisar, lo cual Hogan dice es como una versión de lo que hacía como luchador profesional.Algunos ejemplos conocidos incluyen escenas en Extreme Makeover: Home Edition donde cuando las familias se enteran de que han sido seleccionadas para que sus casa sean remodeladas,[16]​ y algunas escenas de The Real Housewives of New York City.[31]​ Geoff King argumenta en su libro, Spectacle of the Real: From Hollywood to Reality TV and Beyond que aunque los concursantes se encuentran en un entorno fabricado y la situación ha sido alterada para que tenga cierto resultado, en programas como The Bachelor y The Bachelorette, lo que se ve en pantalla se sigue basando en la realidad.Super Girl también ha sido criticado por comentaristas no gubernamentales por crear ideales aparentemente imposibles que pueden ser dañinos para la juventud china.[33]​ En Indonesia, la reality show han superado a las novelas como las programas al aire más vistos.[37]​ Un programa muy popular es Jika Aku Menjadi ("Si yo fuera"), el cual sigue a jóvenes de clase media, los cuales son colocados temporalmente en una clase de vida baja, donde aprenden a apreciar las circunstancias en las que viven al experimentar cómo es la vida diaria los menos afortunados.Los concursantes de los reality shows algunas veces son denominados como celebridades "Z-list o de clase Z", "Bravolebrities", y/o "nonebrities" que efectivamente son "famosos por ser famosos," pero no han hecho nada para garantizar esta fama.La revista estadounidense Entertainment Weekly publicó, "¿Vemos reality shows para adquirir conocimientos valiosos sobre la condición humana?Los vemos por esas escenas incómodas que nos hacen sentir un poco mejor sobre nuestras vidas no documentadas en televisión."[46]​ La crítica, y una investigación legal, fueron levantadas respecto a la participación de los niños Gosselin en la serie de 2007–2011 Jon & Kate Plus 8 (después llamada Kate Plus 8), en cuanto a sí o no los niños eran explotados o estaban bajo estrés emocional.Por ejemplo, los niños no pueden trabajar después de las 11:30 PM bajo ninguna circunstancia, o presentarse en cualquier lugar que sirva alcohol.[48]​ Ambos padres defendieron la participación de los niños, alegando que estos eran sanos y felices.[47]​[49]​ TLC emitió un comunicado diciendo que la cadena "cumple totalmente con todas las leyes y regulaciones aplicables" para producir el programa.El mismo artículo cita al psicólogo Jamie Huysman diciendo, "Es una explotación […] Nadie quiere ver comportamientos normales.