Poco se sabe de los últimos años del inventor, época en la que su crisis personal y familiar pareció tener un sorprendente paralelismo con la vivida por España durante el llamado "Sexenio Democrático", de 1868 a 1874.
Gracias a ese contacto han llegado hasta hoy los escasos pero fundamentales papeles que conservan los descendientes del genial inventor.
No tiene cintas y es tan fácil hacerla funcionar que se consigue con sólo la fuerza de un niño, dando vueltas siempre en una misma dirección a una rueda con su manubrio que tiene dicha máquina a uno de sus costados.
Cosme García viajó entonces a París, donde creía que su obra sería tenida más en cuenta.
Pobre, sin ilusión y teniendo que pedir limosna, Sáenz falleció en Madrid a los 55 años.
Como curiosidad, habría coincidido en esto con el ingenio de Antonio Sanjurjo, que lo construyó con similares objetivos.
En 1917 se construyeron en Italia tres submarinos para la Armada Española de la Clase F (Tipo Laurenti).
[2] En 1985 se inauguró en Logroño un instituto de enseñanza secundaria con el nombre del inventor.
[3][4] En 1993 un comité en la Rioja intentó a través de varias actividades sacar del olvido al inventor.
[5] En 2026 se prevé que un submarino S-80 Plus de la Armada lleve su nombre, el Cosme García (S-83).