El corvus (que a la lengua española se traduciría como cuervo) era un arma de la marina de guerra romana destinada al abordaje.
Según Polibio,[1] el cónsul Cayo Duilio inventó un artilugio parecido, un mástil de siete metros colocado en la proa del buque un poco inclinado hacia el mar.
Este estaba sujeto, y por la segunda roldana pasaba otro cabo a cuyo extremo iba atado un pesado pilón de hierro que caía contra el buque enemigo, perforando la cubierta y sujetándolo.
Cuando el arpón o pilón encadenaba los buques de tal suerte que se tocaban sus costados, los soldados romanos saltaban como podían al abordaje.
El resto de tropas podían abordar el barco bajo resguardo.