Debido a este duro asedio, Alén propuso al Mariscal López la urgente evacuación de Humaitá para salvar a sus hombres, pero López le negó la evacuación y le dijo que resistan hasta el último hombre.
Alén consideró eso un sacrificio en vano de sus hombres, pero tampoco podía desobedecer la orden recibida.
[8][9][10] Alén solicitó nuevamente la evacuación a López, pero al no recibir respuesta y como la situación era cada vez más desesperada e insostenible, Alén prefirió morir antes que rendirse, por lo que intentó suicidarse de un disparo a la cabeza y luego otro en el vientre.
A pesar de esto no murió, pero la lesión cerebral le dejó en estado vegetativo.
Este hecho López lo lamentaría más tarde, ya que era uno de sus mejores oficiales.