Holanda 1574 – México 1633) fue un impresor holandés que se mudó a Nueva España hacia finales del siglo XVI, trabajó en varias imprentas durante su estancia en Nueva España, hasta que en 1598 o 1600 fue arrestado por la Santa Inquisición.
Cornelio figura como uno de los impresores de fines del siglo XVI hasta la tercera década del siglo XVII Cornelio Adrián César, nació en Haarlem, Holanda, en casa de sus padres, pero durante el parto su madre murió y su padre había muerto seis meses antes[1] por lo que Cornelio quedó huérfano, fue por esto que la persona que lo crio fue su tía materna Clas Gen Enríquez, quien tiempo después tomó los hábitos de monja.
Se dice que al llegar al hospital de San Hipólito estuvo una noche y un hombre le preguntó cual era su oficio, a lo que Cornelio respondió que era impresor, fue entonces cuando este hombre lo encamino a la casa de la viuda de Pedro Ochartea.
La segunda persona sería Enrico Martínez quien supo del joven por pláticas en la imprenta de Balli.
Nada explica por qué dividir la imprenta de los Ocharte, una parte se quedó en la casa que era parte taller, tal vez para que el hijo de Melchor tuviera modo de comenzar su carrera como impresor y tal vez para mandar una dotación a Texcoco con Cornelio para trabajar en coordinación con Juan Baptista, pues era un arrendamiento ventajoso económicamente para la viuda, o quizá era una manera de separar a los jóvenes.
El acto asombroso fue que el impresor colocara su nombre, “Apud Cornelium Adrianum Cesar” después del de la dueña de la imprenta, “Ex Offina Vidue Petri Ocharte” Podría argumentarse que se puso para alargar la línea y mejorar la composición; es cierto, pero por otro lado sabemos que en el futuro, durante su vida profesional, colocaría su nombre junto al del dueño siempre que se lo permitieran.
[3] Desde sus inicios, de la imprenta mexicana los impresores dueños del taller ponían sus nombres en sus obras , pues era su derecho y su deber, pero nunca se había dado la declaración de independencia tipográfica, eso quiere decir que el hacedor verdadero de la obra tomara su lugar junto al dueño del taller.
Por razones que aun no se saben, en 1608 o 1609 entra a trabajar para Jerónimo Balli, con él imprimió por lo menos ocho obras que llevaban su nombre de un modo o de otro: Cornelio Adriano Cesar, Cornelium Adrianum Caesarem.