[1] Con la supresión de las órdenes religiosas (1866), toda la estructura conventual (convento, iglesia y bosque) se convirtieron en propiedad del Estado.
El complejo fue adquirido nuevamente por los frailes en el 1879, gracias a la obra del capuchino sortinés P. Eugenio Scamporlino (Ministro Provincial del tiempo) y fue sede del único noviciado de Sicilia, hospedando también a novicios provenientes de Nápoles, Bari y Malta.
En la parte inferior un precioso panel decorativo, en cuero martillado, que adorna el altar.
[3] El retablo mayor, resale al siglo XVIII, de autor desconocido, representa a Jesús cargando con la cruz y el encuentro con la Madre.
[5] El convento posee, además, una preciosa biblioteca que cuenta con 14.630 volúmenes.