Convento de la Encarnación de Belén

Tras un lapso de dos trienios, fue elegida nuevamente priora en 1613 y, posteriormente, en 1621.

En esta etapa, puso solería en el claustro y patios e incorporó al convento unas casas anejas.

En 1626 se produjo una inundación y las monjas tuvieron que escapar rompiendo una pared.

La inundación duró un mes y, con las monjas fuera, se cayó gran parte del convento, incluidos los dormitorios.

[1]​ En el año 1800 se arregló, entre otras cosas, la techumbre del refectorio.

[1]​ La iglesia se mantuvo abierta hasta su cierre en la Revolución de 1868.

El convento y la iglesia fueron demolidos a finales del siglo XIX.