En 1982 se incoó procedimiento para declarar Monumento Nacional a la iglesia conventual y el llamado Arco de la Tapia.
Del conjunto conventual, la iglesia es la parte más relevante y que en mejores condiciones ha llegado hasta nuestros días.
Por lo que se refiere al mobiliario, el retablo mayor es una obra barroca de Alonso del Manzano, quien lo finalizó en 1703.
Esta obra, atribuida a Gregorio Fernández, se conserva hoy en el coro alto.
El antiguo claustro y las dependencias anexas con las celdas de las monjas constituyen hoy en día la parte central del citado hotel.
Debido a su actual uso, el claustro está cubierto por una techumbre acristalada de forma piramidal.