Monasterio de Santa Catalina de Siena (Arequipa)

El virrey Francisco de Toledo otorga la licencia necesaria para la fundación del tan deseado monasterio que solicitaba la ciudadanía.

Las mujeres que ingresaron como monjas al monasterio fueron criollas y mestizas pertenecientes a familias adineradas.

El Convento de Santa Catalina se envolvió en un velo de misterio y silencio hasta 1970, en que una parte grande del convento abrió sus puertas al público.

Durante casi dos siglos en la época virreinal, los claustros y celdas del monasterio han sufrido diversas modificaciones, agregados y nuevas construcciones que hacen que Santa Catalina se haya convertido en un mostrador a escala humana de la arquitectura colonial arequipeña.

En gran parte fue restaurado para poder lograr un mejor atractivo del público, conservando su planta y características originales.

Muro exterior del convento de Santa Catalina
Portada del monasterio
Acceso al patio del Silencio
Acceso al claustro de los Naranjos
Claustro de los Naranjos
Claustro Mayor
Panadería
Lavandería
Iglesia