Fue sede de los franciscanos descalzos en la ciudad desde 1641 hasta los primeros años del siglo XIX.
Los franciscanos descalzos se habían asentado en una casa donada en la zona de Valsoriano en 1519, construyendo su primer convento en 1524, pero desde 1568 comenzaron a realizar gestiones infructuosas para trasladarse a un lugar del casco urbano, algo que no ocurriría hasta 1641.
El convento fue demolido en 1836-1837 y los planos y documentos de mediados del siglo XIX lo mencionan como un edificio que, si bien estaba ya demolido, conservaba ruinas; en este sentido, el diccionario de Madoz indica que "sus ruinas hacen una vista deforme".
[7] Debido a ello, se desconoce el estado exacto que presentaba tras su demolición.
[8] Actualmente, las ruinas del convento consisten en una simple torre en cuyo interior hay un gran arco de medio punto que sostiene un prisma cuadrangular con ventanas y sin cubierta.
En esta nueva plaza, la torre coexiste únicamente con una antigua puerta del aparcamiento, conservada con fines ornamentales, y con una pequeña zona de juegos infantiles.