Desde entonces, la diócesis de Plasencia administra provisionalmente el edificio para cederlo a una nueva congregación que esté interesada en habitarlo.
El edificio fue construido con mampostería y ladrillo, aunque hay zonas con sillares.
Desde 1582 pasó a funcionar en régimen de clausura monástica.
[3][4][5] A lo largo de los siglos XVIII y XIX se realizaron importantes obras en el edificio, destacando la del artesonado en 1867 y la del enlosado en 1879.
En 2014, el convento estaba habitado desde hacía un siglo por las Concepcionistas Franciscanas, pero en sus últimos años solo quedaban tres monjas, una de las cuales superaba los noventa años; debido a ello, el convento quedó exclaustrado por primera vez en seis siglos y la diócesis de Plasencia se encargó de buscar una nueva congregación que vuelva a abrirlo, manteniendo mientras tanto una misa semanal los sábados en la iglesia del convento.