Del originario convento de San Francisco solo se conservan la iglesia,[1] algunos muros y arranques de las arquerías del claustro.
El edificio conserva la fachada románica y fue reformado en el siglo XIV por el rey Enrique IV de Castilla.
En el siglo XVII se vuelve a reformar, añadiéndose la imagen de San Francisco al imafronte y las torres.
Tras la desamortización, el convento fue abandonado por los Franciscanos, dándosele nuevo uso como cuartel durante el reinado de María Cristina.
La iglesia tiene numerosos sepulcros e imágenes, entre los que cabe destacar, García Enríquez Osorio y Aldonza Enríquez, hija del almirante de Castilla Alfonso Enríquez y esposa de Rodrigo Álvarez de Osorio.