Dice la tradición que San Francisco de Asís, en peregrinación a Compostela en 1214, fue acogido por una familia compostelana, el hombre era un carbonero llamado Cotolai; en su casa del Monte Pedroso.
Estos arcos estaban en la Sala Capitular, en la que Carlos V celebró las Cortes de Santiago en 1520.
La disputa se saldó rebajando la altura de la iglesia franciscana.
La renovación de la fábrica medieval se inició con el arzobispo Maximiliano.
Fue ejecutada por Fray Manuel Caeiro, no estando terminada aún en 1770, hecho que hace que responda a dos conceptos diferenciables en la decoración reducida a la parte inferior de la misma, cambiando drásticamente por encima de la altura del entablamiento que cambia de forma perceptible adaptándose a los principios neoclásicos.
El segundo cuerpo está dominado por un enorme ventanal flanqueado por columnas jónicas, sobre las que se apoya un frontón triangular.
La sacristía tras la capilla mayor tiene la misma anchura que el templo.