A lo largo de los siglos XVI y XVII se configura la estructura monumental actual del convento.
El claustro de reducidas proporciones es rico en talla y decorados con pinturas al fresco.
La fachada del claustro enmarca un portalón de arco rebajado con escudo nobiliario, flanqueado por sendas ventanas rectangulares.
La fachada Este correspondiente al gran cuerpo que domina espacialmente el conjunto, presenta una amplia verticalidad.
Sobre el pódium se abren seis ventanales, con simulación pictórica de sillares en dinteles y machones.
El último cuerpo, rematado por una cornisa cobija varias pinturas, entre ellas flanqueada por la inscripción año 1767, la Virgen de Aguas Vivas.
La iglesia es de una nave y en ella hay además del altar seis capillas laterales.