Construido entre 1967 y 1969 por los arquitectos navarros Fernando Redón Huici y Carlos Erroz, sirvió como sustituto del previo convento que las monjas Agustinas poseían en el cercano barrio de San Pedro.Como en el viejo convento se morían de frío, les entraba el agua y se caía a trozos, además de pasarlo mal pensaban que todo esto era la principal causa de la casi absoluta falta de vocaciones que últimamente sufrían, y decidieron vender todo al mejor postor y hacerse un convento nuevo que no sé todavía exactamente por qué me encargaron a mí".De tal manera, las religiosas Agustinas, decidieron encargar a Redón la construcción de su nuevo convento, ahora al otro lado del río Arga, en un espacio dedicado en su mayoría a huertas y zonas verdes; Aranzadi.Este nuevo emplazamiento, les resultaba bastante cercano al viejo convento que abandonaban en el barrio de San Pedro, y al mismo tiempo, un lugar tranquilo donde instalarse para llevar a cabo su estricta vida de clausura sin mayor interferencia con el exterior y la ciudad, que para entonces ya se había extendido considerablemente a sus alrededores con los barrios de la Rochapea y Chantrea.Pocas instituciones son capaces de expresar la intemporalidad arquitectónica como los cenobios, con su función tan antigua como "invariable".Por eso, Redón escoge un material milenario: la tierra cocida en ladrillos y tejas árabes.Bajo esta configuración, se levantó el bloque principal del edificio, el claustro, en disposición abierta al sur y cerrada al norte, en una sección escalonada de tres alturas o pisos, a modo de escalera, que permitían que el máximo de luz solar entrase al patio interior del mismo.De esta forma, situando tales dependencias en dichos tramos, se lograba absorber estos espacios, que resultaban irregulares para poder emplearlos como por ejemplo habitaciones.Por otro lado, el claustro se diseñó en forma rectangular, contando con que las diferentes celdas y dependencias se abriesen por ambos lados, tanto al interior como al exterior del edificio.Por un lado, las habitaciones de la planta baja, se conectaban con puertas que daban directamente al jardín del claustro, y las de la primera planta, a una terraza o balconada común.Las habitaciones de los dos últimos pisos, sin embargo, dispusieron únicamente de una abertura que daba al pasillo interior del propio bloque claustral, y ventanales al patio claustral.Estos elementos se diseñaron de tal modo que, desde la entrada y viendo la capilla junto a esta de frente, toda la cubierta se viese como una sola, en un solo plano, pero con unos bordes zigzageantes.Para el año 2008, sin embargo, solo quedaban viviendo allí una decena de religiosas.Ese mismo año, en diciembre, la Caja de Ahorros de Navarra (CAN) firmó la compra del edificio acordando con las monjas que aún vivían en él que no había mucha prisa en abandonarlo.En 2015, Geroa Bai propuso restaurar y reutilizar el espacio para crear un gaztetxe.
Planos del Convento de Agustinas de Aranzadi (Capilla, claustro y alas izquierda y derecha).
Campanario y capilla en zigzag del Convento de Agustinas de Aranzadi