[1] El material de control debe reproducir, lo más aproximadamente posible, la misma matriz que las muestras analizadas, teniendo en consideración propiedades tales como la viscosidad, turbidez, composición y color.
Debe ser simple de utilizar, y debe tener una mínima variación entre viales ya que una variabilidad excesiva puede ser malinterpretada como un error aleatorio en el método o en el instrumento.
Son más convenientes los controles líquidos que los liofilizados debido a que de esta forma se minimizan las variaciones debidas a errores de pipeteo durante la reconstitución.
Al inspeccionar el patrón de puntos graficados se obtiene una manera simple de detectar incrementos en el error aleatorio asociado, y desplazamientos o tendencias asociables a errores sistemáticos en las calibraciones.
Las cartas de control previenen ajustes innecesarios en los procesos; proveen información acerca de las capacidades del proceso; brindan información diagnóstica y son una técnica probada para mejorar la productividad.
Esto hace fácil de ver cuan lejos del valor esperado se encuentra un resultado.